Uno de los eventos más destacados de la Feria del Libro es el Festival Internacional de Poesía que este año está dedicado a la memoria del editor Carlos Pereiro y de los poetas Susana Cabuchi, Jorge Rivelli y Alejandro Schmidt. Para la decimoctava edición se programaron, de viernes a domingo, ocho mesas de lectura en la Sala Adolfo Bioy Casares, en las que participarán 31 poetas de la Argentina e invitados de América Latina y Europa. Comienza hoy, a las 17.30, con una mesa integrada por el venezolano Ricardo Añez Montiel, Graciela Aráoz, Silvia Camerotto y la brasileña Lolita Campani Beretta.
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Por segundo año consecutivo, lo coordina el escritor y traductor Jorge Fondebrider. Entre otros, se invitó a la irlandesa Moya Cannon, las peruanas Carmen Ollé, Roxana Crisólogo y Teresa Cabrera, la chilena Verónica Zondek, el mexicano Fabio Morábito, la eslovena Jana Putrle, la española Erika Martínez, el ucraniano Yuri Andrukhovych y la francesa Julie Tirard.
Los ejes del Festival son claros. “Ofrecer una muestra lo más plural posible, donde se reflejen algunas de las distintas líneas existentes de la poesía actual -dice-. Eso implica un rompecabezas complejo cuyas piezas son los poetas extranjeros y los argentinos. Esto, a su vez, implica considerar a los porteños y a los de las provincias, a hombres y mujeres que respondan a distintas franjas etarias y a diferentes credos estéticos, y todo eso con un presupuesto muy acotado debido a las circunstancias por las que pasa el país", dice Fondebrider a LA NACION.
De la Argentina fueron invitados los poetas Santiago Sylvester, Juan Carlos Moisés, Laura Crespi, Florencia Fragasso, Darío Rojo, Daniel Freidemberg, Silvia Camerotto, Daniel Durand, Graciela Aráoz, Elena Annibali y Osvaldo Aguirre, entre otros.
“Algunos tienen una obra muy consolidada, otros se ubican en una franja intermedia y hay quienes están dando sus primeros pasos, por lo que su inclusión es una apuesta a futuro -observa Fondebrider-. Hay algunos nombres muy conocidos para los lectores argentinos y otros, cuya importancia es enorme, menos”.
Las lecturas de los autores que escriben en otras lenguas van a ser bilingües. La mayoría de los poetas extranjeros tiene libros editados en castellano. “Se me ocurre que, en estos tiempos en que tanto se cacarea sobre los riesgos que implica la inteligencia artificial (IA) para muchas actividades humanas, el hecho de que podamos reunirnos a escuchar las palabras de los poetas permite recordar que todo empezó alguna vez alrededor de un fogón, recurriendo apenas a las palabras y que, de todo lo que aprendimos a hacer con ellas, la poesía y el humor son sus formas más altas”.
Poetas latinoamericanas en la FeriaEn el stand de Perú (184 del Pabellón Amarillo) se pueden encontrar títulos de las tres escritoras convocadas para el Festival: la poeta, narradora y crítica Carmen Ollé, Premio Casa de la Literatura Peruana 2015, la poeta y socióloga Teresa Cabrera y la poeta peruano-finlandesa, traductora y promotora cultural Roxana Crisólogo. El jueves próximo a las 16, se celebrará el Día de Perú, en la Sala José Hernández, con danzas tradicionales peruanas y un show musical a cargo del grupo Caña Dulce.
“Ir a Buenos Aires es siempre un placer para mí -dice Ollé a LA NACION-. La primera vez viajé por tierra en 1969 desde Lima, donde resido, hasta Buenos Aires, pasé por Mendoza y luego seguí por un camino precioso lleno de vegetación y acogedores cafés; donde paraba el bus me bajaba por el gusto de sentarme y tomar un refresco. En dos oportunidades me invitaron a la Feria del Libro de Buenos Aires, pero no pude ir; sí participé del Festival Internacional de Poesía de Rosario en 2004″.
A la autora de Destino: Vagabunda le agrada la idea de reencontrarse en el festival con poetas que conoció en eventos años atrás. “No sé si los libros seguirán con aquellos precios muy cómodos como en otras épocas, pero tengo el pálpito que encontraré un par de títulos que busco hace tiempo -se ilusiona-. Vivir la poesía, la música, la pintura, todo aquello que me gusta y me emociona es algo que me hace sentir como un bicho raro. Porque la mayoría de los limeños tiene otros placeres y gustos en materia cultural. Sin embargo, en los talleres de escritura creativa, que conduzco regularmente, encuentro a personas de todas las edades y profesiones que quieren ‘vivir’ también en el mundo del arte; para muchos es, dicen, una vuelta a un universo del que se tuvieron que apartar por diversas razones“.
A Ollé no le preocupa el impacto de la IA en la literatura. “Siempre que no se use para el mal, no me preocupa si reemplazará o no a la obra de arte -responde-. Es imposible porque no se pueden programar las emociones, felizmente. Pero creo que si se aplicara para el bienestar de la humanidad sería bienvenida”, dice la autora que participa del cierre del Festival, el domingo a las 19, con Cannon y Morábito.
"Espero que no continúe el avance del autoritarismo ni el odio entre los pueblos ni el mal como diversión ni la resistencia a luchar contra el cambio climático y la extinción de muchas especies -dice sobre el contexto político global-. Me indigna que muchos países estén pensando en invertir en material bélico y recortar el gasto social. Da la impresión de que las condiciones estuvieran dadas para otra guerra de dimensiones terroríficas”.
Roxana Crisólogo viajó desde Helsinki, donde reside, a Buenos Aires. “Vivo la escritura como un acto consciente de construir pensamiento desde un lenguaje que en el proceso construye su propio lenguaje -dice-. Todo lo que escribo lo tomo de la realidad o, como me gusta decir, todo es verdad y se registra en el cuerpo que también es un insumo. Por eso, escribir en estos tiempos de auge de gobiernos populistas y autoritarios, de normalización de discursos de odio para desplazar el de los derechos civiles es como librar una batalla estética pero también ideológica. La escritura quizás podría desmembrar toda esta podredumbre e imaginar otros futuros”.
Vuelve a Buenos Aires después de veinte años. “No sé qué haya quedado de la ciudad, el país, que entonces ya enfrentaba una grave crisis -recuerda-. El populismo xenófobo viene siendo devastador en muchos países del mundo y en Europa el populismo avanza y gobierna; en Finlandia, la coalición de gobierno está liderada por el Partido de los Finlandeses Auténticos, un partido de corte populista ultranacionalista antiinmigración. Al costado no más está la Rusia de Putin y sus amenazas de invadir a los países chiquitos. Como peruana ya sé cómo operan los gobiernos populistas, suelo decir en tono de broma que vengo del futuro y ya sé lo que puede pasar de seguir así. En las dos semanas que estaré en Buenos Aires guardo muchas expectativas de conocer y descubrir a esta nueva Buenos Aires y de buscar más autores y autoras; pese a todo la escena literaria argentina se mantiene más vibrante que nunca”.
La presencia de Verónica Zondek en el Festival coincide con la llegada al país de El esplendor de la granada. Poesía reunida (1984-2022), publicada por Libros del Cardo. “Participar en un festival de poesía es siempre una posibilidad de conocer nueva poesía y poetas y reencontrarse con antiguos y buenos amigos y amigas con los que hemos compartido una larga vida poética -dice Zondek a LA NACION-. Es siempre un modo de nutrir el corazón y el pensamiento y de saber que hay comunidad".
Para la autora, la poesía tiene una función en el presente. “Entregarnos tiempo, detención, imaginación y viaje. Es una manera de estar aquí sin caer en el hoyo negro de la eficiencia y el comercio. Leer, escribir y traducir poesía es vivir con otros y otras y, en medio de la soledad angustiosa de la producción, es realmente un regalo que atesoro”. El próximo 7, a las 19, presentará su obra reunida en la librería El Jaúl (Gascón 1355) con la escritora chilena Cynthia Rimsky y Fondebrider.